A continuación les dejo ensayo interesatísimo preparado por el Hno. José Luis Gil Álvarez, que indaga en temas como la Vocación y Elección hechas seguras, El Segundo Consolador, la Segunda Unición, etc.
Un
estudio sobre las Ordenanzas Mayores del Sacerdocio de Melquisedec
En la Guía para el
Estudio de las Escrituras bajo la palabra Vocación (llamamiento) y Elección
encontramos lo siguiente:
Los justos
seguidores de Cristo pueden llegar a contarse entre los escogidos que reciben
la certeza de que serán exaltados. La vocación y elección comienza
con el arrepentimiento y el bautismo, y se consuma cuando “marchan adelante,
deleitándose en la palabra de Cristo, y perseverando hasta el fin” (2 Ne.
31:19–20). En las Escrituras, este proceso se llama “hacer firme vuestra vocación y
elección” (2 Pe. 1:4–11; DyC 131:5–6).
Ahora en la misma guía leeremos la definición de Elegidos que dice;
Los elegidos
(escogidos) son aquellos que aman a Dios con todo el corazón y viven de una manera
que a Él le complace. Los que viven como discípulos suyos
serán seleccionados un día por el Señor para ser contados entre sus hijos
escogidos.
Entonces tenemos que
los Santos fieles serán algún día seleccionados por el Señor. Si buscamos ahora
la palabra Elección aquí se nos aclara cuando será ese día:
Basándose en la
dignidad personal en la vida preterrenal, Dios eligió a los que serían la
descendencia de Abraham y la casa de Israel y que llegarían a ser el pueblo del
convenio (Deut.
32:7–9; Abr.
2:9–11). A dichas personas se les dan bendiciones y
deberes especiales para que bendigan a todas las naciones del mundo (Rom. 11:5–7;
1
Pe. 1:2; Alma
13:1–5; DyC
84:99). No obstante, si desean alcanzar la salvación, aun
los electos deben ser llamados y elegidos en esta vida.
Vemos claramente que la
elección se hace en esta vida. Ya que “Dios no es un Dios de muertos sino de
vivos”.( Mat 22:32). Según la Escritura cabe interpretar que pudiera ser del otro lado del velo. Sigamos
con nuestro estudio para ver si esto es así-
Bruce R.
McConkie en su libro Doctrina Mormona bajo la palabra Vocación y elección
Seguras:
VOCACION Y
ELECCION SEGURAS.
Ver COHEREDEROS CON
CRISTO, DIVINIDAD, ELECCION DE GRACIA,
HIJAS
DE DIOS, IGLESIA DEL PRIMOGENITO, MATRIMONIO CELESTIAL,
PLENITUD DEL
PADRE, REINO CELESTIAL, SALVACION, SEGUNDO
CONSOLADOR,
VIDAS ETERNAS. Los miembros de la Iglesia que devotamente se consagran a una
vida de rectitud, viviendo de cada palabra que sale de la boca de Dios, hacen
su vocación y elección seguras. Es decir que reciben la más segura
palabra de profecía, lo que significa que el Señor los sella para la exaltación
mientras están aún en esta vida. Pedro resumió el curso de la
rectitud que los santos deben seguir para hacer su vocación y
elección segura y entonces (refiriéndose a su experiencia en el Monte de la Transfiguración
con Santiago y Juan) dijo que esos tres habían recibido su palabra profética
más segura. (2 Pedro 1.)
José
Smith enseñó: "Después que una persona tiene fe en Cristo, se arrepiente
de sus pecados, se bautiza para la remisión de ellos y recibe el Espíritu Santo
(por la imposición de manos), que es el primer Consolador, entonces si continúa
humillándose ante Dios, teniendo hambre y sed de justicia y viviendo de acuerdo
con todas las palabras de Dios, el Señor le dirá dentro de poco: "Hijo,
serás exaltado." Cuando el Señor lo haya probado en todas la cosas, y haya
visto que aquel hombre está resuelto a servirlo, pase lo que pase, ese hombre
verá que su vocación y elección han sido confirmadas y entonces será suyo el
privilegio de recibir el otro Consolador:' Tener al otro Consolador es que
Cristo se le aparezca y tener visiones de la eternidad. (Enseñanzas p. 178).
Así, tal como también dijera el Profeta: "La palabra profética más segura
significa que un hombre sepa, por revelación y el espíritu de profecía, que
está sellado para vida eterna, mediante el poder del Santo Sacerdocio."
(D&C 131:5.)
Los
favorecidos por el Señor son sellados contra todo tipo de pecado y blasfemia excepto
la blasfemia contra el Espíritu Santo y el derramar sangre inocente. Es decir
que su exaltación está asegurada; su vocación y elección es segura porque han
obedecido la plenitud de las leyes de Dios y han vencido al mundo. Aún cuando
tales personas "cometen algún pecado o transgresión del nuevo y sempiterno
convenio, cualquiera que sea, y toda clase de blasfemias, y si no cometen homicidio en
el que vierten sangre inocente, todavía saldrán en la primera resurrección y
entrarán en su exaltación; pero serán destruidos en la carne y
entregados a los bofetones de Satanás hasta el día de la redención, dice Dios
el Señor." (D&C 132:26) El Señor les dice: "Saldréis en la
primera resurrección; ....y heredaréis tronos, reinos, principados, potestades
y dominios, toda altura y toda profundidad." (D&C 132:19) El Profeta fue
sellado de esta manera. Es decir "que sabía por revelación y por el
espíritu de profecía, a través del poder del Santo Sacerdocio", que
llegaría a ser Dios en la vida venidera. A él la Deidad dijo: "Porque yo soy
el Señor tu Dios, y estaré contigo hasta el fin del mundo y por toda la
eternidad; porque de cierto, sello sobre ti tu exaltación, y te preparo un
trono en el reino de mi Padre, con Abraham tu padre:' (D&C 132:49)
Se deberá entender claramente que estas grandes
bendiciones no son parte del
matrimonio celestial; "las bendiciones
pronunciadas sobre las parejas en conexión con el matrimonio celestial están
condicionadas a la consiguiente fidelidad de ambos." (Doctrina de
Salvación, vol. 2 pág.58.)
En el manual del alumno de
instituto de D&C leemos:
D. y C. 131:5.
¿Qué es “la palabra profética más segura”?
El élder Bruce
R. McConkie dijo:
“Los
miembros de la Iglesia que se vuelcan enteramente a la justicia, viviendo
conforme a toda palabra que sale de la boca de Dios, hacen firme su vocación
y elección. Es decir, reciben la palabra profética más segura, lo cual significa
que el Señor sella la exaltación de ellos mientras todavía están en esta vida.
Pedro resumió la senda de la justicia que debe seguir todo santo a fin de
asegurar su vocación y elección, y luego (refiriéndose a la experiencia vivida
en el monte de la Transfiguración con Santiago y Juan) dijo que ellos tres
habían recibido esa palabra profética más segura (2 Pedro 1).
“Los
que son así favorecidos del Señor son sellados contra toda suerte de pecado y
blasfemia excepto la blasfemia contra el Espíritu Santo y el derramamiento de
sangre inocente. Es decir, tienen asegurada su exaltación; su vocación y
elección se han ‘hecho firmes’ o asegurado porque han obedecido la plenitud de
las leyes de Dios y han vencido al mundo.” (Mormon Doctrine, págs. 109-110; véase
también D. y C. 132:17, 26; Notas y comentario sobre D. y C. 76:53.)
La palabra
profética más segura se recibe después del matrimonio celestial. En el mismo
manual de instituto dice lo siguiente:
D.
y C. 132:26-27. ¿Asegura el matrimonio en el templo la exaltación de las
personas, pese a la forma en que vivan?
Algunas
personas han intentado distorsionar el sentido de estos versículos insinuando
que al casarse en el templo, uno tiene ya asegurada la exaltación. A ese
razonamiento se refirió Pedro cuando dijo: tuercen... las... Escrituras... para
su propia perdición” (2 Pedro 3:16). El presidente Harold B. Lee indicó que un
matrimonio en el templo puede ser perfeccionado y sellado por la eternidad,
pero que no hay garantía de ello en la ceremonia misma:
“Algunas
personas tienen el concepto equivocado de que si de alguna manera pueden entrar
en la casa del Señor y casarse, cuentan con la seguridad de alcanzar la
exaltación no importa qué hagan, y, para sustentar su forma de pensar, citan la
sección 132, versículo 26. Pero eso no es lo que indica el Señor. El Señor
asegura la exaltación a los que cometan errores, si se arrepienten de ellos” (Cram
for Life’s Final Examination, Brigham Young University Speeches of
the Year [Provo, 5 de enero de 1954], pág. 7). El presidente Joseph Fielding
Smith comentó lo siguiente:
“El
versículo 26 de la sección 132 es el pasaje más mal interpretado de las
Escrituras. El Señor nunca ha prometido a ningún alma que será llevada a la
exaltación sin el espíritu de arrepentimiento. A pesar de que el
arrepentimiento no se menciona en este pasaje, aun así, está, y debe estar
sobrentendido. Me extraña que todos conozcan el versículo 26, pero me parece
que nunca han leído o escuchado Mateo 12:31-32, donde el Señor nos dice en
substancia la misma cosa que encontramos en el versículo 26 de la sección 132.
“Así
que debemos deducir que aquellos de quienes se habla en el versículo 26 son los
que, habiendo pecado, se han arrepentido completamente y están
dispuestos a pagar el precio de sus pecados; de otro modo, no tendrían las
bendiciones de la exaltación. Es absolutamente necesario el arrepentimiento
para obtener el perdón, y la persona que haya pecado debe ser limpiada.” (Doctrina
de Salvación, tomo II, págs. 88, 89.)
La frase clave es “...y son sellados por el Santo
Espíritu de la promesa” (D. y C. 132:26). Este sellamiento está relacionado con
el hecho de “hacer firme” o asegurar la propia vocación y elección. (Véase Notas y
comentario sobre D. y C. 76:53; 131:5; 132:7.)
Hablando específicamente de la promesa que encontramos en Doctrina y Convenios 132:26, el élder Bruce R. McConkie dijo:
“El
hacer firme o asegurar la propia vocación y elección viene después del matrimonio celestial
y se deriva de él. La vida eterna no existe ni puede existir para el
hombre solo o la mujer sola, porque su misma naturaleza consiste en la
continuación de la unidad familiar en la eternidad. Por eso, la revelación
referente al matrimonio habla tanto del matrimonio celestial (en el que se dan
las promesas de la vida eterna con la condición de recibirlas si son fieles)
como del hecho de hacer firme o asegurar la propia vocación y elección (en
el que se dan las promesas incondicionales de la vida eterna) en la
misma frase, en la cual también se dice que quienes cometan pecados (con la
excepción del ‘homicidio en el que vierten sangre inocente’) después
de ser sellados para vida eterna, aún alcanzan la exaltación. Y después dice ‘entonces’, esto es,
después de haber hecho firme o asegurado su vocación y elección [y cita D.
y C. 132:19-20].
“Luego,
la revelación [vers. 26] habla de aquella obediencia de la cual surge la vida
eterna y. hablando todavía del matrimonio celestial y de hacer segura la propia
vocación y elección, dice: ‘De cierto, de cierto te digo, que si un hombre
contrae matrimonio con una mujer conforme a mi palabra, y son sellados por el
Santo Espíritu de la promesa, de acuerdo con mi precepto’, es decir, si ambos
están casados y se les asegura su vocación y elección. ‘saldrán en la primera
resurrección y entrarán en su exaltación’.” (Doctrinal New Testament Commentary,
3:343-344.)
Si
uno hace firme o asegura su propia vocación y elección y esa promesa le es
sellada por el Santo Espíritu de la Promesa —sigue diciendo el élder McConkie—,
ello no significa que pueda pecar impunemente.
“¿Qué
sucedería si quienes han recibido la seguridad de su vocación y elección
pecaran gravemente? Supongamos que se descarriaran y siguieran el camino
de la iniquidad o que lucharan contra la verdad y se rebelaran contra
Dios. ¿Qué les sucedería?
“Es
evidente que todos los hombres pecan, antes y después del bautismo, y también
antes y después de hacer firme o segura su vocación y elección. Ha habido
solamente un hombre sin pecado: El Señor Jesús, que era el propio Hijo de Dios.
“Así,
en la revelación que anuncia el establecimiento de la Iglesia restaurada en
esta época, el Señor dice: ‘Pero existe la posibilidad de que el hombre caiga
de la gracia y se aleje del Dios viviente; por lo tanto, cuídese la iglesia y
ore siempre, no sea que caiga en tentación; sí, y cuídense aun los que son
santificados’ (D. y C. 20:32-34).
“Los
profetas y Apóstoles desde Adán y Enoc en adelante, y todos los hombres, ya sea
que hayan sido purificados y santificados del pecado o no, siguen sujetos al
pecado y, de hecho, pecan. Así sucede aun después de haber tenido las visiones
de la eternidad y de haber sido sellados por aquel Santo Espíritu de la Promesa
que ha asegurado su vocación y elección. Dado que a estos escogidos se les ha
asegurado la promesa de la vida eterna, y dado que ‘nada impuro puede entrar’
en el ‘reino’ del Padre (3 Nefi 27:19), ‘ni morar en su presencia’ (Moisés
6:57), ¿qué sucede con los pecados cometidos después de ser sellados para vida
eterna?
“Es
obvio que todavía tienen vigencia las leyes del arrepentimiento y cuanto mayor
luz tenga la persona, tanto más busca el don del arrepentimiento, y más se
esfuerza por liberarse del pecado tantas veces como desobedezca la voluntad
divina y se sujete al Maestro del Pecado, que es Lucifer. Es lógico suponer que
los pecados de los que temen a Dios y de los justos son perdonados
continuamente porque se arrepienten y buscan al Señor de nuevo cada día y a
cada hora.
“Y,
de hecho, la bendición de tener asegurada la propia vocación y elección es en
sí motivo alentador para evitar el pecado y una defensa contra futuras caídas.
Por ese largo camino de obediencia y pruebas que les permitió alcanzar tan
grande bendición, los santificados han marcado un camino y elaborado un modelo
de vida que evita el pecado y fomenta la rectitud. Así, el Señor dijo:’...os
nombro a Hyrum Smith para ser vuestro patriarca, para poseer las bendiciones de
sellar en mi iglesia, sí, el Santo Espíritu de la promesa, mediante el cual
sois sellados para el día de la redención, a fin de que no lleguéis a caer, no
obstante la hora de tentación que pueda sobreveniros’ (D. y C. 124:124).
“Mas
suponed que tales personas se vuelvan desleales y las abandone el espíritu del
arrepentimiento — lo cual es una eventualidad que se presenta rara vez—, ¿qué
sucedería entonces? La respuesta es —y las revelaciones y enseñanzas del
profeta José Smith así lo indican—: que entonces deben pagar el castigo de sus
propios pecados, porque la sangre de Cristo no los limpiará. O si
cometen homicidio o adulterio, pierden la herencia prometida porque esos
pecados quedan fuera de las promesas dadas en el sellamiento. Y si
cometen el pecado imperdonable, llegan a ser hijos de perdición.” (Doctrinal
New Testament Commentary, 3:342-343.)
En Doctrina Mormona de McConkie bajo
la palabra Reyes encontramos lo siguiente:
REYES.
Ver EXALTACION,
INVESTIDURAS, MATRIMONIO CELESTIAL,
MELQUISEDEC
SACERDOCIO DE, REINAS, SACERDOTES, SACERDOTISAS, VOCACION Y ELECCION SEGURAS.
Los poseedores del Sacerdocio de Melquisedec
tienen el poder de avanzar en rectitud, viviendo de toda palabra que sale de la
boca de Dios, magnificando sus llamamientos, creciendo de gracia en gracia
hasta que a través de la plenitud de las ordenanzas del templo,
reciben la plenitud del sacerdocio y son ordenados reyes y
sacerdotes. Los que logren esto serán exaltados y serán reyes, sacerdotes,
gobernantes y señores en sus esferas respectivas en los reinos eternos del gran
Rey que es Dios nuestro Padre. (Apo. 1:6; 5:10.)
Y acabaremos la lectura de este libro leyendo bajo
la acepción de Segundo Consolador:
SEGUNDO
CONSOLADOR.
Ver CONSOLADOR,
ESPIRITU SANTO, EXALTACION, VOCACION Y
ELECCION
SEGURAS. Después que un hombre se consagra a la justicia de tal manera que
hace su vocación y elección seguras, "entonces será suyo el privilegio de
recibir el otro Consolador, "dice el Profeta,
"¿Qué, pues, es este otro Consolador? No es nada más ni menos que el Señor
Jesucristo mismo; y ésta es la substancia de todo el asunto: que cuando
un hombre recibiere este último Consolador, tendrá la persona de Jesucristo
para
atenderlo o aparecerle de vez en cuando, y aún lo manifestará al
Padre, y harán morada con él, y le serán
descubiertas las visiones de los cielos, y el Señor lo instruirá cara a cara
y podrá alcanzar un conocimiento perfecto de los misterios del reino de Dios; y
ésta
es la dignidad y posición que alcanzaron los antiguos santos cuando
vieron tan gloriosas visiones: Isaías, Ezequiel, Juan en la Isla de Patmos,
San Pablo en los tres cielos, y todos los santos que han tenido
comunión con la asamblea general y la Iglesia del Primogénito. (Enseñanzas,
pág. 178-179.) El Santo Espíritu de la Promesa no es el Segundo
Consolador. (Doctrina de Salvación, vol. 1, pág. 52.)
Hagamos un resumen de lo expuesto hasta ahora.
1. Los
Santos fieles serán elegidos por el propio Señor en esta vida.
2. Recibirán
su llamamiento y elección después de su matrimonio celestial que significa que
ya están sellados a vida eterna o exaltación y aún están vivos.
3. Reciben
la plenitud del sacerdocio que es ser ordenados reyes y sacerdotes
4. Recibirán
el Segundo Consolador que es que Jesucristo en persona ministre a esa persona
5. SI
la persona peca deberá expiar sus propios pecados porque ya la sangre de Cristo
no los limpia
6. Si
comete algún pecado imperdonable será un hijo de perdición.
En las publicaciones de
la Iglesia se reconoce que hay más ordenanzas después del sellamiento de
cónyuges o matrimonio celestial. En el Libro La Casa del Señor pag 175 describe
el cuarto para sellar muertos y su función es: “Aquí se arrodillan en humilde
servicio los vicarios vivientes, representantes de esposos, esposas, padres e
hijos ya fallecidos. No hay más muebles que algunas sillas para
el élder que está oficiando, y para los testigos y las personas que van a
efectuar las ordenanzas en el altar.” En la pag 176 describe el cuarto para
sellar a los vivos y su función es la siguiente:”Aquí se solemniza la sagrada
ordenanza del matrimonio entre las partes que vienen a hacer sus votos
de fidelidad conyugal por tiempo y por la eternidad, y a recibir el sello del
sacerdocio eterno sobre su unión. Aquí también se efectúan las ordenanzas de
sellar o adoptar a los hijos vivientes a sus padres, cuando éstos no se
han casado previamente según el orden de matrimonio celestial.”
En la pág. 177 describe
el Lugar Santísimo cuya función es descrita en la pág 178 como sigue: “Este
cuarto está reservado para las ordenanzas mayores del sacerdocio relacionadas
con la exaltación de los vivos así como de los muertos.”
Si los sellamientos
entre cónyuges e hijos a padres fallecidos se realizan en el primer cuarto
mencionado y las mismas ordenanzas pero por los vivos se realizan en el segundo
cuarto; ¿qué ordenanzas mayores se refieren aquí que se hacen en el Santísimo?
Continuemos con el mismo libro pero ahora en la página 85 que dice lo
siguiente: “Es verdad que hay algunas de las ordenanzas más altas a las cuales no
se puede admitir a una mujer soltera, pero esta regla se aplica igualmente a un
varón soltero.” Aquí se reconoce que hay una ordenanza que la
reciben los cónyuges ya casados porque al
sellamiento de esposos ambos están solteros (en los países que se reconocen
nuestra ceremonia como válida, no es el caso de España que hay que casarse
civilmente) y aquí se menciona que no se admiten a personas solteras por lo que
la ordenanza de investidura y las de sellamientos están descartadas.
Resumiendo:
1.
Hay ordenanzas mayores del Sacerdocio de
Melquisedec que se reciben en el Santísimo
2.
Estas ordenanzas las reciben matrimonios
que ya han sido sellados.
En un artículo de la
revista Ensign de Agosto de 1985 titulado
“What I Hope You Will Teach Your Children about the Temple” por Presidente Ezra Taft Benson leemos
unas citas muy interesantes:
Entrar en el orden del Hijo de Dios es el
equivalente hoy a entrar en la plenitud del Sacerdocio, el cual solo se recibe
en la casa del Señor.
Porque Adán y Eva cumplieron con todos estos
requerimientos, Dios les dijo: “y eres según el
orden de aquel que fue sin principio
de días ni fin de años, de eternidad en eternidad. Moisés 6:67
Tres años antes de la muerte de Adán, un gran
acontecimiento ocurrió. El tomó a su hijo Set y a su nieto Enós y otros sumos
sacerdotes que eran descendientes de línea directa con otros de su posteridad
justa en un valle llamado Adán Ondi Ahman. Allí Adán dio a sus descendientes
justos su ultima bendición.
El orden de este
sacerdocio se confirmó para
descender de padre a hijo; y por derecho pertenece a los descendientes literales
del linaje escogido, al cual se hicieron las promesas. Este orden se instituyó en los
días de Adán y
descendió por linaje de la siguiente manera: De Adán a Set, a quien Adán ordenó
a la edad de sesenta y nueve años; y tres años antes de la muerte de Adán, éste
lo bendijo, y recibió la promesa de Dios, por conducto de su padre, de que su
posteridad sería la elegida del Señor, y que sería preservada hasta el fin de
la tierra; (D&C
107:40–42;
¿Cómo Adán llevó a sus descendientes a la
presencia del Señor?
La respuesta: Adan y sus descendientes entraron
en el orden de Dios del sacerdocio. Hoy diríamos que ellos entraron en la casa
del Señor y recibieron sus bendiciones.
El orden del sacerdocio del que se habla en las Escrituras se refiere algunas veces como
el orden patriarcal porque
desciende de padre a hijo.
Moisés claramente
enseñó esto a los hijos de Israel en el desierto, y procuró diligentemente santificar a los de su pueblo, a fin de que
vieran la faz de Dios; mas endurecieron sus corazones y no pudieron
aguantar su presencia; por tanto, el Señor en su ira, porque su ira se había
encendido en contra de ellos, juró que mientras estuviesen en el desierto no
entrarían en su reposo, el cual es la plenitud de su gloria. Por consiguiente,
tomó a Moisés de entre ellos, y el Santo Sacerdocio también; (D&C
84:23–25.)
Aprendemos por la traducción de José Smith que el
Señor le dio instrucciones adicionales a Moisés:”… porque quitaré el sacerdocio de entre ellos; por tanto, mi santo
orden, y sus ordenanzas,…(Traducción de José Smith, Ex. 34:1
Este sacerdocio mayor con sus ordenanzas fue
quitado a Israel hasta el tiempo de Jesucristo.
Mi propósito para dar este contexto es ilustrar
que este orden del sacerdocio ha estado sobre la tierra desde el principio y es el único modo por el cual podemos
algún día ver el rostro de Dios y vivir. (D&C
84:22.)
¿Qué sacerdocio reveló Elías? Juan el Bautista
restauró las llaves del Sacerdocio de Aarón. Pedro, Jacobo y Juan restauraron
las llaves del Reino. ¿Por qué envió a Elías?
“Porque él tiene las llaves de la autoridad para administrar
todas las ordenanzas del sacerdocio…”o el poder de sellar. (Enseñanzas del Profeta
José Smith pag. 95) ¡Así dijo el Profeta José Smith!
El Profeta José dijo además que esas llaves eran.
“…las revelaciones, ordenanzas, oráculos,
poderes e investiduras de la plenitud del Sacerdocio de
Melquisedec y del reino de Dios sobre la tierra.” (Enseñanzas pag 187)
Aunque el Sacerdocio de Aarón y el de Melquisedec
habían sido restaurados en la tierra, el Señor instó a los santos a construir
un templo para recibir las llaves por el cual este orden del sacerdocio podría
de nuevo administrarse sobre la tierra. “Porque no
existe lugar sobre la tierra a donde él pueda venir a restaurar otra vez lo que
estaba perdido para vosotros, o lo que él ha quitado, a saber, la plenitud
del sacerdocio.” (D&C
124:28)
Y de nuevo el Profeta José dijo: “Si un
hombre ha de recibir la plenitud del sacerdocio de Dios, debe obtenerla
de la misma manera que Jesucristo la alcanzó, que fué por guardar todos los
mandamientos y obedecer todas "las ordenanzas de la casa del Señor.”
(Enseñanzas pág. 169.)
Según este artículo del Presidente Benson podemos entender que:
1.
El orden del Hijo de Dios [que tanto se habla en el
libro de Alma] es la plenitud del sacerdocio
2.
La plenitud del sacerdocio solo se puede recibir en los
templos
3.
La plenitud del sacerdocio la recibió Adán en primer
lugar y sus justos descendientes pasando de padres a hijos
4.
La plenitud del sacerdocio también se le conoce como
orden patriarcal
5.
La plenitud del sacerdocio nos prepara para ver la faz
de Dios y vivir
6.
Las plenitud del sacerdocio se retiró en los días de
Moisés y de nuevo fue revelada en nuestros días por Elías el Profeta dándole
las llaves de esto a José Smith y a Oliver Cowdery en Kirtland el 3 de Abril de
1836
7.
Aquel que guarde los mandamientos y obedezca todas las
ordenanzas de la casa del Señor recibirá la plenitud del Sacerdocio.
La plenitud del sacerdocio se recibe a través de
una ordenanza la cual tiene diferentes nombres como: Segunda Unción, Plenitud
del Sacerdocio, Bendiciones Mayores del Sacerdocio del Melquisedec, Segundas
Bendiciones, Bendiciones Mayores, entrar en el Orden del Hijo de Dios y la mal
llamada Segunda Investidura.
A diferencia de hoy en día en el que la ordenanza
ni se publica ni se habla de ella ni se pronuncia su nombre, antiguamente era
todo lo contrario. En un discurso dado por el Presidente Snow y publicado en el
periódico de la Iglesia Millennial Star
el 31 de Agosto de 1899 el profeta dice lo siguiente:
“Pero ahora es cuando nos preparamos para que
podamos ser dignos para ser llamados a
la casa del Señor y recibir nuestra segundas bendiciones. No quiero que los
presidentes de estaca manden a ninguna persona a nuestros Templos para recibir las Bendiciones Mayores
que alguna vez haya sido investida sobre el hombre desde que el mundo empezó,
hasta que se pueda decir de el: “El paga un diezmo íntegro”
En un discurso del Presidente Woodruff en
una excursión con obreros del templo el 24 de Junio de 1894 dice lo
siguiente:
Allí está la Hermana Bathseda Smith, ella y yo
recibimos nuestras investiduras de mano del Profeta José Smith. Yo recibí mi segunda unción y sellamientos
bajo sus manos.
Veamos en qué consistía la plenitud del
sacerdocio según las autoridades generales:
En el Millennial
Star del 15 de Enero de 1847 Orson Hyde dibujó un diagrama del Reino
Celestial y lo explicó de la siguiente manera:
“Se observará por el diagrama de arriba que hay
reinos de todos los tamaños, una variedad infinita para adaptarse a todos los
grados de mérito y habilidad. Los vasos escogidos del Señor son
reyes y sacerdotes que son puestos a la cabeza de esos reinos. Estos
han recibido sus lavamientos y unciones en el templo de Dios en
esta tierra; ellos han sido escogidos, ordenados y ungidos
reyes y sacerdotes para reinar como tales en la resurrección de los justos.
Los que no hayan recibido la plenitud del sacerdocio (porque la plenitud del sacerdocio
incluye la autoridad de rey y sacerdote) y no han sido ungidos y
ordenados en el templo del Mas Alto, podrán obtener una salvación en el reino
celestial pero no una corona celestial. Muchos son llamados para disfrutar de
una gloria celestial pero pocos son escogidos para llevar una corona celestial,
o más bien, ser gobernantes en el reino celestial.”
En Enseñanzas del Prófeta José Smith
pág. 177 leemos:
“Los que poseen la plenitud del
Sacerdocio de Melquisedec son reyes y sacerdotes del más alto Dios,
y tienen las llaves del poder y bendiciones. De hecho, este sacerdocio es una
ley perfecta de la teocracia, y en representación de Dios expide leyes al
pueblo, y administra vidas sin fin a los hijos e hijas de Adán.”
Doctrina de Salvación Tomo 3 pag 125:
No hay exaltación en el reino de Dios sin la
plenitud del sacerdocio […] Todo hombre que es fiel y está dispuesto a
recibir estas ordenanzas y bendiciones obtiene una plenitud del sacerdocio, y
el Señor ha dicho que El “los hace iguales en poder, en fuerza y en dominio.”
Brigham Young 6 de Agosto1843,
History of the Church 5:527.
“También dijo que si alguien en la Iglesia tenía
la plenitud del Sacerdocio de Melquisedec, que el no lo sabía. Porque para que
una persona tenga la plenitud del sacerdocio tiene que ser un rey y sacerdote.
Una persona puede tener una porción de ese sacerdocio, lo mismo que los
gobernadores o jueces de Inglaterra tienen poder que reciben del rey para
realizar transacciones, pero eso nos le hace reyes de Inglaterra. Una persona
puede ser ungida rey y sacerdote mucho antes de que reciba su reino.”
Hagamos un resumen de lo
expuesto hasta ahora:
1.
La plenitud del
Sacerdocio tiene diferentes nombres para referirse a ella
2.
La plenitud del Sacerdocio
no se ocultaba su existencia a los miembros ni en qué consistía la ordenanza
3.
La plenitud del Sacerdocio
es una ordenanza por medio de una unción en la que se ordena al hombre rey y
sacerdote [a la mujer reina y sacerdotisa]
4.
La plenitud del
sacerdocio se recibe en esta vida antes de la resurrección
5.
La plenitud del
Sacerdocio es una ordenanza de Exaltación
Las Bendiciones Mayores
consta de 2 diferentes ordenanzas: un lavamiento de pies y una unción. Ambas
constituyen la plenitud del sacerdocio. Cuando un varón recibe el lavamiento de
pies se le “limpia de los pecados y la
sangre de esta generación” D&C 88:171-141. (La esposa ya lo está por lo que
no recibe esa ordenanza). Y posteriormente, se le unge junto a su esposa Rey y
Sacerdote (Reina y Sacerdotisa en el caso de la mujer). Ambas ordenanzas son el
cumplimiento del lavamiento (solo para el hombre) y de las unciones de la
pareja que recibieron en el templo antes de su investidura, en donde a él se le
lavó para llegar a ser limpio y en las unciones se ungieron a ambos para llegar
a ser rey/reina, sacerdote/sacerdotisa.
Recibida estas ordenanzas, la pareja ya son miembros de la Iglesia del Primogénito
y cumplen ya casi todas la condiciones de exaltación mencionada en D&C
76:51-70.
En el nuevo manual del
maestro de seminario para D&C leemos lo siguiente:
Doctrina y Convenios 88:138–141. El lavamiento de los pies
Conforme los hermanos que poseían el sacerdocio
se unían a la Escuela de los Profetas, se los recibía mediante la ordenanza del
lavamiento de los pies, que debía efectuar el Profeta siguiendo el ejemplo de
Jesucristo, según se describe en Juan 13. Tocante
a esa ordenanza, el élder Bruce R. McConkie, del Quórum de los Doce
Apóstoles, enseñó:
“El lavamiento de los pies es una ordenanza del
Evangelio; es un rito santo y sagrado que efectúan los santos al amparo del
retiro que brindan los santuarios de los templos. No se efectúa ante el mundo
ni se proporciona a las personas mundanas. Jesús la instituyó para Su época y dispensación
en el aposento alto, al momento de la Última Cena.
“‘Nuestro Señor hizo dos cosas al realizar la
ordenanza: primero, cumplió con la antigua ley dada a Moisés; y segundo,
instituyó una ordenanza sagrada que habían de efectuar los administradores
legítimos entre Sus verdaderos discípulos, de ese día en adelante.
“‘Como parte de la restauración de todas las
cosas, se ha restaurado la ordenanza del lavamiento de los pies en la
dispensación del cumplimiento de los tiempos …
“‘En estos
días el conocimiento relativo al lavamiento de los pies se ha revelado paso a
paso hasta que ahora forma parte de las ordenanzas reveladas de la casa del
Señor’ (Mormon Doctrine, 2da. ed., 1966, págs.
829, 831])” (Doctrinal New Testament Commentary, 3
tomos, [1966–73], 1:708, 710).
Y también:Doctrina y Convenios 76:67. La “iglesia de Enoc y del Primogénito”
Enoc y su pueblo, a quienes se les menciona como
la iglesia, asamblea o congregación de Enoc, establecieron Sión con éxito y
fueron llevados al cielo. Ser miembro de la iglesia del Primogénito requiere de
nuestra parte que seamos dignos de morar en la sociedad de Enoc, lo cual es
posible sólo mediante la rectitud personal, mediante la obediencia a las
ordenanzas de la casa del Señor y mediante la expiación de Jesucristo.
El élder Bruce R. McConkie, del Quórum de
los Doce Apóstoles, explicó lo que significa ser miembro de la iglesia del
Primogénito:
“Los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los
Santos de los Últimos Días que se consagren tanto a la rectitud que reciben las ordenanzas mayores de exaltación llegan a ser miembros de la Iglesia del Primogénito.
El bautismo es la puerta a la Iglesia en sí, mas el matrimonio celestial es la
puerta para llegar a ser miembro de la Iglesia del Primogénito; es el grupo interno de santos fieles que
son herederos de la exaltación y de la plenitud del reino del Padre” (Mormon Doctrine, 2da. edición, 1996, pág. 139).
La cita mencionada
anteriormente del Pres Brigham Young y recogida en History of the Church 5:527 bajo la fecha de Agosto de 1843 es muy
interesante porque el Pres Young reconoce que él no sabía si alguien había
recibido la plenitud y eso era debido a que la primera persona que en esta
dispensación recibió la plenitud del sacerdocio fue José Smith junto a su
esposa Emma el 28 de Septiembre de 1843. Poco más de un mes después del
discurso del Pres Young. El diario de José Smith bajo esa fecha dice lo
siguiente:
Jueves, 28 de sept. de 1843, 10 a.m.: en la
calle, me dirijo hacia la oficina de la imprenta. 11:30 a.m.: Consejo, en la
parte superior del almacén. Hyrum, Newell, Geo [rge] M [Iller]: lav[ados] y
ung[idos] y J[ohn o Joseph] S[mith], J[ohn] T[aylor], A[masa] L[yman], L[yman]
W[ight], J[ohn] M. B[ernhisel]: ung[idos].
A las siete [en punto de la] tar[de] me reúno en la
parte delantera de la sala superior de la «Mansión» con W[illiam] L[aw] [y]
W[illiam M[ark]. Se eligió a Beurach Ale [José Smith] de común acuerdo y con
voz unánime como presidente del quórum [de los ungidos] y ungido [segunda
unción] y ord[enado] al más alto y más santo orden del sacerdocio [como rey y
sacerdote] (y su compañera [como reina y sacerdotisa]). [Presentes:] Joseph Smith, Hyrum Smith,
Geo[rge] Miller, N[ewel] K. Whitney, Willard Richards, [tío] John Smith, John
Taylor, Amasa Lyman, Lucien Woodworth, J[ohn] M. Bernhisel, W[illiam Law,
W[Illia]m Marks. El presidente [José Smith] [se nos] dirigió en oración
para que sus días fueran prolongados, tuviera dominio sobre sus enemigos,
fueran bendecidos todos los hogares y toda la iglesia y el mundo. {página 109}
El diario de Wilford Woodruff bajo la misma fecha
dice lo siguiente:
28 de sept.: Recibí cien dólares (100 $) de Br
Dwight Webster y le di mis pagarés por valor de ciento cincuenta dólares (150
$) por los cuales tengo que darle una escritura del solar que compré de Hiram
Kimball, que Bullard dijo que tenía. Pasé el día escribiendo./ El presidente Joseph Smith recibió hoy su
segunda unción./
En el libro Book of Anointings fechado desde el 8
de enero hasta el 7 de febrero de 1846, se registraban los nombres de las
personas que recibieron la segunda unción en las fechas mencionadas. Lo
interesante y valioso de este libro es que en las páginas 2-3 y 20-22 se
describe como se realizó esta ordenanza en el caso de Heber C Kimball y Violate
Kimball y de Brigham Young y Mary Ann Young respectivamente.
En el nuevo manual del
maestro de seminario en la lección 132 que corresponde a la sección 124 dice
que:
Para ayudar a los alumnos a
entender la frase “plenitud del sacerdocio” en el versículo 28,
invite a uno de ellos a leer la siguiente declaración del presidente Joseph
Fielding Smith:
“Todo hombre que es fiel y
está dispuesto a recibir estas ordenanzas y bendiciones obtiene una plenitud
del sacerdocio, y el Señor ha dicho que Él ‘los hace iguales en poder, en
fuerza y en dominio’ [D. y C.
76:95; véase también D. y
C. 88:107]… el Señor ha dispuesto que todo varón en esta Iglesia, por medio
de su obediencia, reciba la plenitud del sacerdocio mediante las ordenanzas del
templo del Señor. Esto no se puede recibir en ningún otro lugar” (Doctrina de Salvación, comp. de Bruce R. McConkie,
3 tomos, [1954–56], 3:132–33).
Explique que todos los
miembros de la Iglesia, hombres y mujeres, pueden recibir la plenitud de las
bendiciones del sacerdocio al recibir todas las ordenanzas del templo. Mediante
esas ordenanzas, podemos obtener acceso a todas las bendiciones que el Padre
Celestial desea dar a Sus hijos. Resalte que la restauración de las ordenanzas
y los convenios del templo comenzó en el Templo de Kirtland, pero dicha
restauración no se había completado. Construir un templo en Nauvoo permitiría
que continuara la restauración de las ordenanzas y los convenios del templo
(véase D.
y C. 124:28, 40–41).
Con lo mencionado
anteriormente, las ordenanzas Mayores del Sacerdocio de Melquisedec son las
últimas ordenanzas que un santo de los Últimos Días puede recibir en el templo.
Son el cumplimiento de las iniciatorias que recibió en la investidura y los
hace recipientes de la plenitud del Sacerdocio. Es decir todas las llaves,
poderes y dominios que el Padre tiene ya que con la ordenanza los hace iguales.
Obviamente, los santos que han recibido hasta el sellamiento de esposos, no han
recibido esas bendiciones porque no han sido hecho iguales que su Padre que
está en los cielos. Tendrán que esperar a recibir las ordenanzas Mayores del
Sacerdocio de Melquisedec para cumplirse lo que se cita en el mencionado manual
de seminario.
¿Cuándo empezó a realizarse la ceremonia y como evolucionó?
José Smith dijo en 1842:
“El Señor Altísimo…me seguirá preservando…hasta que haya terminado
completamente mi misión en esta vida y establezca
firmemente la dispensación de la plenitud del sacerdocio en los últimos días, así que todos los poderes de la tierra y el
infierno nunca puedan prevalecer contra ella.” History of the Church 5:139-140
Para José Smith y sus
sucesores el templo era el corazón de la restauración. Tanto en Kirtland como
en Nauvoo, José Smith trabajó en la construcción de santos edificios donde los
santos pudieran ser “investidos con poder de lo alto” Lavamientos, unciones y
sellamientos se administraron en Kirtland en 1836. Otras ordenanzas o ritos se
fueron añadiendo en Nauvoo entre 1842 y 1843.
El 3 junio de 1831 se ordenan
a los élderes sumos sacerdotes y José Smith, en cuanto a este oficio, dijo lo
siguiente: “El orden del Sumo Sacerdocio es que ellos tienen el poder para
sellar a los santos a vida eterna. Y… es el privilegio de cada Élder presente
ser ordenado al Sumo Sacerdocio” Far West
Record 25 Oct 1831. En noviembre de 1831 se empezaron a efectuar rituales
para los sumos sacerdotes ordenados para “sellar a las personas a vida eterna”
D&C 68:2, 12 y 1: 8-9 El diario misional de Zebedee Coltrin muestra cuán
pronto los nuevos sumos sacerdotes empezaron a sellar a los santos a vida
eterna:
“El martes vinieron a Shalerville para tener una
reunión en la tarde con el Hno y después de trabajar con ellos por algún tiempo
el Hno David los selló a Vida Eterna” Diario
de Zebedee Coltrin 15 Nov 1831.
Un segundo precursor a la
investidura de Kirtland vino con un revelación en 1832 (D&C 88)
estableciendo una “Escuela de Profetas” para instruir a varios líderes de la
Iglesia, la revelación especifica que nadie puede ser admitido es esta escuela
a menos que esté “limpio de la sangre y de los pecados de esta generación”
136
He aquí, de cierto os digo, ésta es una norma para vosotros en cuanto a la
manera de saludaros el uno al otro en la casa de Dios, en la escuela de los
profetas.
137
Y se os manda hacer esto con oración y acción de gracias, según lo que os
inspire a decir el Espíritu en todos vuestros hechos en la casa del Señor, en
la escuela de los profetas, para que llegue a ser un santuario, un tabernáculo
del Santo Espíritu para vuestra aedificación.
138
Y no recibiréis entre vosotros a nadie en esta escuela, a menos que esté limpio
de la asangre de
esta generación;
139 y será
recibido mediante la ordenanza del alavamiento
de los pies, porque para este fin fue instituida.
140 Y además, el
presidente o élder presidente de la iglesia administrará la ordenanza del
lavamiento de los pies.
141
Se comenzará con oración; y después de aparticipar
del pan y del vino, ha de ceñirse según el bmodelo
dado en el capítulo decimotercero del testimonio de Juan concerniente a mí.
Amén. D&C 88
En la mencionada revelación no hay ninguna relación
entre la ordenanza de lavamiento de pies y el ritual de “sellar a vida eterna”
el cual ya se llevaba practicando por un año. José Smith indicó que un añadido
sobre el participante de la ordenanza en la que era “limpio de la sangre y
pecados de esta generación” era que también “se le sellaba a vida eterna” History of the Church 1:323 Enero de 1833
Antes de la dedicación del templo de Kirtland el
27 de Marzo de 1836 José Smith había prometido a los santos nuevas ordenanzas
que luego conformarían lo que se denominó la investidura de Kirtland. El 21 de Enero según José Smith en History
of the Church cuenta que:
La Primera Presidencia se
retiró al ático de la oficina de impresión donde efectuamos la ordenanza de
lavar nuestros cuerpos con agua pura. También perfumamos nuestros cuerpos y
cabezas en el nombre del Señor
Al atardecer, me reuní con la
Presidencia en el templo en el salón de la escuela del oeste para efectuar la
ordenanza de ungir nuestras cabezas con santo aceite…Puse el aceite en mi mano
izquierda, Padre Smith estaba sentado ante mi y el resto de la presidencia
rodeándole. Entonces, levantamos nuestras manos hacia el cielo y bendecimos y
consagramos el aceite en el nombre de Jesucristo.
Pusimos nuestras manos sobre
la cabeza de nuestro anciano Padre Smith e invocamos las bendiciones del cielo.
Entonces ungí su cabeza con el aceite consagrado y sellé muchas bendiciones
sobre el. Tras lo cual, Presidencia pusieron sus manos sobre su cabeza por
turnos empezando por el más anciano, hasta que todos las habían impuesto sobre
su cabeza y pronunciaron las bendiciones que el Señor puso en sus corazones,
todos le bendijeron para ser nuestro Patriarca para ungir nuestras cabezas…
Entonces, la Presidencia por turno según su edad empezando por el más anciano,
tomaron asiento y recibieron sus unciones y bendiciones bajo las manos de Padre
Smith. History of the Church 2:379-382.
21 Junio 1836
Después de varios días de administrar unciones a
otros poseedores del sacerdocio, el profeta el 6 de abril de 1836:
Llamó a los ungidos juntos
para recibir el sello de todas sus bendiciones… La primera parte [del orden
inspirado era] para estar en oración solemne ante Dios sin poder hablar en
ninguna manera o molestar y la conclusión con una oración de sellamiento por el
Presidente Rigdon después de que todos los quorumnes gritaron al unísono un hosanna solemne a Dios y al Cordero con una Amén, Amén y
Amén, todos tomaron sus asientos y levantaron sus corazones en oración
silenciosa a Dios y si alguno obtiene
una visión o profecía para levantarse y hablar
y así todos juntos puedan edificarse y regocijarse, History of the CHurch 2:391-392. 6 Feb 1836
Pocas semanas más tarde de la dedicación del
templo, José Smith instruyó a los quorummes de la membresía en general y de los
oficiales de la Iglesia en la ordenanza de lavamiento de pies. H.C. 2:410-428. 27 Mar 1836. Dos días
más tarde el 29 de Marzo, la Presidencia “procedió a limpiar nuestros rostros y
nuestros pies y entonces procedieron a lavarnos los pies. Después de esto,
todos los presentes “participaron del
pan y del vino” H.C. 2:429-430. Al día siguiente, un grupo de unos
trescientos varones miembros de la iglesia se congregaron el templo y después
de tomar el sacramento, recibieron también la ordenanza del lavamiento de pies.
El profeta anunció que “ahora había completado la organización de la Iglesia y
que habíamos pasado por todas las ordenanzas necesarias” H.C. 2:430-433. Sin embargo, 4 días más tarde, de nuevo en el
templo de Kirtland, José recibiría una visión que se encuentra en D&C 110
en la que el profeta Elías le entregaría el poder completo de sellar del
sacerdocio de Melquisedec. Un poder que
no sería utilizado hasta la época de Nauvoo.
La investidura del templo de Kirtland consistía
en lavamientos, unciones, sellamientos de esas unciones y el lavamiento de
pies. Wilford Woodruff escribe su propia experiencia en su diario:
3 de abril. El día llegó para
la preparación de una asamblea solemne, para las Unciones y la investidura de
los Elderes o al menos para aquellos que no fueron investidos en Kirtland […]
En este día el tercero de Abril me reuní en la casa del Señor con un número de
setentas para recibir consejo con respecto a nuestros lavamientos y unciones.
Fui asignado junto al Elder G. Meeks para visitar al Presidente F. G. Williams
para tener los perfumes y el aceite preparado para el día siguiente. Lo
consideré un privilegio honrar a los Élderes de Israel en esta cosa para que
podamos llegar a ser los ungidos del Señor según las palabras del Poeta y las
revelaciones de Jesucristo.
Lavaremos y seremos lavados
con el aceite para ser ungidos.
Además no omitimos el
lavamiento de pies
Para que reciba su penique
asignado
Debe quedar completamente
limpio al tiempo de la cosecha
Después de atender las
obligaciones mencionadas anteriormente me dirigí a una habitación en Compañía
al Elder Meeks & el Presbitero J
Turpin para recibir nuestros primer lavamiento. Después de lavar nuestros
cuerpos de la cabeza a los pies en jabón y agua entonces nos lavamos con agua
clara para luego lavarnos con alcohol perfumado. El Espíritu de Dios estaba con
nosotros y tuvimos un tiempo espiritual. Pasamos la tarde con varios Élderes en
Oración ante Dios y el poder de Dios descansó sobre nosotros.
Al día siguiente Woodruff se unió con otros
hermanos en la habitación alta del Templo y relata lo siguiente:
Los Quórumes de Diáconos,
Maestros y Presbíteros ocuparon una habitación, los élderes otra y los Setenta
la tercera. Cada Quórum se reunió para la unción…
El Presidente Coultrin empezó
la reunión con una oración y después de conversar con claridad a aquellos que
iban a ser ungidos se pusieron manos a la obra. La presidencia consagró el
aceite ante Dios para que pudiera ser santo. Las personas que iban a ser
ungidas tomaron asiento y entonces, la Presidencia puso las manos sobre la
cabeza y lo consagraron ante Dios y entonces lo ungieron en el nombre del Señor
y pronunciaron tales bendiciones sobre su cabeza como les dirigía el testimonio
de Jesús que es el espíritu de profecía. De hecho, tuvimos un glorioso tiempo
en esta solemne ordenanza de la casa del Señor.
Wilford Woodruff pasó la noche en el templo
orando y ayunando y relata lo siguiente:
Mientras que todos los
ungidos presentes allí levantaron sus manos a los cielos, la presidencia de la
Iglesia Confirmaron y sellaron sobre nuestras cabezas todas las bendiciones de
nuestra ordenación, unción y [autoridad] Patriarcal con un sellos en la
presencia de Dios y el Cordero y los santos ángeles que todo se cumpliría sobre
nuestras cabezas y que ni una jota o tilde dejaría de cumplirse y el sello fue
confirmado sobre nuestras cabezas con un grito de todos los ungidos con manos
levantadas al cielo de HOSANNA, Hosanna, Hosanna a DIOS y al CORDERO, Amen,
Amen y Amen. Hosanna, Hosanna, Hosanna a DIOS y al CORDERO, Amen, Amen y Amen. Hosanna,
Hosanna, Hosanna a DIOS y al CORDERO, Amen, Amen y Amen. Esto fue repetido como
está escrito y si alguna vez algún grito entró en el Armario del cielo, ese
entró y fue repetido por ángeles de lo alto y causó que el poder de Dios
descansara sobre nosotros.
En enero de 1841, dos años más tarde después que
los santos abandonaran Kirtland, José anunció otra revelación. En esta, el
Señor pregunta:
37 Además, de cierto os digo, ¿cómo podré aceptar
vuestros alavamientos,
si no los efectuáis en una casa que hayáis erigido a mi nombre? D&C 124
El propósito del nuevo templo será:
40
Y de cierto os digo, edifíquese esta casa a mi nombre, para que en ella pueda
yo revelar mis ordenanzas a mi pueblo;
41
porque me propongo arevelar
a mi iglesia cosas que han estado bescondidas
desde antes de la fundación del mundo, cosas que pertenecen a la dispensación
del ccumplimiento
de los tiempos. D&C 124
A los santos que habían sido ungidos en el templo de Kirtland, se les
informa que esas ordenanzas eran precursoras de otras que serían reveladas en
el templo de Nauvoo. Como José Smith solía hacer, estas nuevas ordenanzas fueron
primero dadas a un grupo de santos, (lideres y sus esposas) llegando a ser
conocido como el “Quórum de los Ungidos” o el “Santo Orden”. En Agosto de 1842, José Smith declaró en una reunión de la Sociedad de Socorro que:
“El Señor Altísimo…me
seguirá preservando…hasta que haya terminado completamente mi misión en esta
vida y establezca firmemente la dispensación de la plenitud del sacerdocio en
los últimos días, así que todos los
poderes de la tierra y el infierno nunca puedan prevalecer contra ella.” H.C. 5:139-140
José Smith tenía su vista puesta en el
establecimiento de la “plenitud del sacerdocio” ya que sin esa plenitud no hay
exaltación, familias eternas, sellamientos… Casi un año más tarde el 6 de
Agosto de 1843, Wilford Woodruff escribió en su diario que Brigham Young había
confirmado que la plenitud del sacerdocio no había sido dada aún.
“También dijo que si alguien en la Iglesia tenía
la plenitud del Sacerdocio de Melquisedec, que él no lo sabía. Porque para que
una persona tenga la plenitud del sacerdocio tiene que ser un rey y sacerdote.
Una persona puede tener una porción de ese sacerdocio, lo mismo que los
gobernadores o jueces de Inglaterra tienen poder que reciben del rey para
realizar transacciones, pero eso nos le hace reyes de Inglaterra. Una persona
puede ser ungida rey y sacerdote mucho antes de que reciba su reino.” Brigham Young 6 de
Agosto1843, History of the Church 5:527.
Es digno mencionar aquí, que los primeros
sellamientos a vida eterna ocurrieron en 1831. Por ese entonces, la creencia entre
los santos era de un cielo y un infierno como se creía popularmente en la
cristiandad. No fue hasta febrero de 1832 en el que José Smith tiene una visión
(D&C76) en la cual enseña los 3 grados de gloria. Y en Mayo de 1843 se
recibe otra revelación en donde se informa que hay 3 grados dentro del reino
celestial y que para alcanzar el más alto, hay que entrar en el nuevo y
sempiterno convenio del matrimonio. (D&C131). Y en Julio de ese mismo año
se amplía la revelación del matrimonio plural, enseñándonos que aquellos que
alcancen la exaltación en el grado más alto serán “dioses” (D&C132.) La
pregunta que razonablemente viene a la mente es que si no se conocía estas
divisiones del cielo ni tampoco se conocía el nuevo y sempiterno convenio del matrimonio;
cuando los santos eras sellados por un sumo sacerdote a vida eterna, (desde
noviembre de 1831 hasta la dedicación del templo de Kirtland el 27 marzo de
1836) ¿a qué grado del reino celestial se les estaban sellando? Obviamente, al
más alto no podía ser porque no se conocían los requisitos para alcanzar la
exaltación ni tampoco se tenía la autoridad para sellar (no se debe confundir
con el casamiento celestial ya que este pertenece a la dispensación del
evangelio de Abraham cuyas llaves entregó el mismo patriarca a José Smith) ya
que Elías el profeta entregó las llaves de sellar a José Smith el 3 de abril de
1836 (D&C110)En un sermón del profeta el 27 de agosto de 1843, hace mención de los 3 órdenes o grados del sacerdocio que son: Levítico u orden Aarónico, el orden patriarcal de Abraham y la plenitud del sacerdocio de Melquisedec que incluye “poderes de reyes” de “unciones y sellamientos—vocación y elección hechos firme. Diario de J.S. 27 de Agosto1843. José Smith dijo:
Ningún hombre puede ser
coheredero con Jesucristo sin haber sido administrado por alguien que tenga el
mismo poder y autoridad que Melquisedec. Esta autoridad y poder no vino de un
Profeta o apóstol o Patriarca sino solo de [un] Rey y Sacerdote [de Jesucristo] Sermón
de J.S. 27 Agosto 1843
En este mismo sermón José Smith dice que “el poder Patriarcal de Abraham era todavía
el más grande que se había experimentado en esta iglesia”. El uso de
palabras del profeta es esta frase es muy significativa porque hasta esa fecha
10 hombres habían recibido las ordenanzas preliminares de lavamientos y
unciones y también fragmentos de la
investidura en el orden de Aarón y de Melquisedec del Sacerdocio Patriarcal el
4 de mayo de 1842. Muchos de ellos también habían recibido la ordenanza del
matrimonio celestial por tiempo y eternidad junto a sus esposas. José y Emma
Smith fueron sellados el 28 de Mayo de 1843 al igual que James y Harriet Adams,
Brigham y Mary Ann Angell Young, Hyrum y Mary Fielding Smith, Willard y Jenetta
Richards. Cuando José Smith dijo que “el poder Patriarcal de Abraham era
todavía el más grande que se había experimentado en esta iglesia”, el era consciente que la
plenitud del sacerdocio de Melquisedec estaba aún por conferirse a través de
una ordenanza mayor. Los 12 años anteriores de pronunciamientos, sellamientos y
unciones a vida eterna garantizaban, según las nuevas revelaciones de 1843, a
ser siervos de los dioses. Incluso la investidura administrada a los miembros
del “Santo Orden” u “Orden de los Ungidos”
calificaba a los hombres a ser ángeles y siervos del reino celestial.
Hasta 1843 las mujeres no participaron de estas ordenanzas por lo que los
hombres nunca podrían alcanzar la exaltación. Actualmente, los santos necesitan
las ordenanzas mayores del sacerdocio de Melquisedec, poderes de reyes, para poder
alcanzar la exaltación. Aún cuando estén sellados a su esposas, no implica que
sean semejantes a Melquisedec por lo que serán ángeles y siervos en el reino
celestial sirviendo a aquellos que si las hayan recibido y hayan sido hechos
reyes y sacerdotes en esta vidaComo se mencionó antes, los primeros en recibir la plenitud del sacerdocio en esta dispensación fue José Smith y su esposa Emma el 28 de Septiembre de 1843. Durante los próximos 5 meses esta ordenanza mayor fue administrada al menos a 20 hombres junto a sus esposas (a excepción de Parley P Pratt que la recibió sin su esposa) y todos ellos eran líderes de la iglesia. Gracias a esta ordenanza José Smith dejó sobre los hombros de los Doce todas las llaves del Reino de Dios.
José Smith dijo en varias ocasiones:
“¡Cuántas
veces dijo él a los Apóstoles: ‘He colocado el cimiento y ahora vosotros debéis
edificar sobre él, porque sobre vuestros hombros descansa el reino! La Historia de la Iglesia en el Cumplimiento
de los Tiempos. Pág. 318
“Después
de hablarnos de esa manera, nos dijo: ‘Os digo que la carga de este reino
descansa ahora sobre vuestros hombros; vosotros debéis llevarlo a todo el
mundo, y si no lo hacéis, seréis condenados’ ”
En
esa misma oportunidad, José Smith confirió las llaves del poder sellador a
Brigham Young, Presidente del Quórum de los Doce. Éste explicó más adelante que
“esta última llave del sacerdocio es la más sagrada de todas, y corresponde
exclusivamente a la Primera Presidencia de la Iglesia” La Historia de la Iglesia en el Cumplimiento de los Tiempos. Pág. 322
En 1869, George Q. Cannon dijo:
Fue por la virtud de
esta autoridad [investidura y santa unción] a la muerte de José Smith que el
Presidente Young como Presidente del quórum de los Doce presidió sobre la
Iglesia. Journal of Discourses 13:49 The
Right and Authority of President Brigham Young
El 10 de mayo de 1843, José Smith dijo:
Vamos ahora a considerar a Elías el Profeta. El espíritu, poder y vocación de Elías el
Profeta consiste en estar uno facultado para poseer las llaves de las
revelaciones, ordenanzas, oráculos, poderes e investiduras de la plenitud del
Sacerdocio de Melquisedec y del reino de Dios sobre la tierra; y de
recibir, obtener y efectuar todas las ordenanzas que pertenecen al reino de
Dios, aun para tornar el corazón de los padres a los hijos, y el corazón de los
hijos a los padres, aun los que están en los cielos. Enseñanzas pág.416
Fue gracias a que José Smith había administrado la
plenitud del sacerdocio a los Doce que ellos tenían todo poder, autoridad y
llaves para dirigir la Iglesia. Sidney Rigdon no recibió nunca la ordenanza por
lo que no estaba para dirigir la Iglesia. (Millennial
Star 2 de Febrero de 1875). Para empeorar más su situación, Sidney Rigdon
empezó a administrarla intentando así deslegitimar la autoridad de los Doce resultando
en su excomunión el 8 de Septiembre de 1844.
Cada hombre que recibe
sus investiduras… [ha sido] ordenado al Sacerdocio de Melquisedec, el cual es
el orden más alto del Sacerdocio….estos que han venido aquí y han recibido sus
lavamientos y unciones serán ordenados
Reyes y Sacerdotes y entonces recibirán la plenitud del Sacerdocio, todo lo
que puede darse en la tierra porque el Hermano José dijo que él nos había
entregado todo lo que podría darse al hombre sobre la tierra. Heber C. KImball, Diario 26 Diciembre 1845
citando al Pres Brigham Young.
Un altar especial para sellamientos fue dedicado el
7 de Junio de 1846. History of the Church
7:566 El 8 de enero la plenitud del sacerdocio se administró por primera
vez en el Templo de Nauvoo. Una vez más los primeros en recibirla fueron
aquellos que ya la habían recibido de manos de José Smith. Estos fueron Heber
C. Kimball y Vilate Murray Kimball efectuada por Brigham Young y 8 testigos
reunidos en la habitación 1 del templo donde con la ropa del sacerdocio
cantaron un himno y Brigham Young realizó la ceremonia. Book of Anointings fechado desde el 8 de enero hasta el 7 de febrero de
1846 Presidente Kimball y su esposa Vilate recibieron la Segunda Unción por
primera vez el 20 de Enero de 1844 y la segunda parte de la ceremonia el 1 de
Abril 1844. Diario de Heber C. Kimball 1
Enero 1846
Por varios registros
históricos se sabe que la segunda parte de la ordenanza se realizaba o bien a
los pocos días de la unción en el templo o después de varios años. (Diario de Phineas Richard 22 ene
1846 y 1 de febrero de 1846; Diario de Robert McQuarrie 13 Nov 1890 y 1 Jun
1894; Diario de William H. Smart 31 May 1901 y 20 de Jun 1901 y el Diario de Silvester Q. Cannon 30 Sep 1904
y 28 Oct 1904.)
También la ceremonia fue cambiando con el paso del
tiempo según las necesidades por lo que durante varios años se dieron
instrucciones sobre la administración de la segunda unción como el número que
pueden recibirla al día, si uno o varios, el ofrecer los signos del sacerdocio
antes de la ordenanza. El tipo de ropa del oficiante... (Diario de Wilford Woodruff 18
Diciembre 1857, 26 Diciembre 1866, 2 Enero 1867, 15 Enero 1877, 26 Diciembre
1866.)
El 28 de Abril 1883, el Presidente de la Iglesia,
John Taylor, recibió una revelación para restablecer de nuevo la escuela de
profetas para “todos aquellos que sean dignos” En una reunión preliminar el 25
de Julio 1883, George Q. Cannon consejero de la Primera Presidencia y George
Reynolds como secretario de la misma fueron comisionados para “recopilar todos los documentos e
información que pudieran conseguir en cuanto a la antigua Escuela de Profetas
que fueron organizadas bajo la dirección de los Presidentes José Smith y
Brigham Young para que la Escuela pudiera estar perfectamente organizada según
los designios del Altísimo” Presentaron
sus investigaciones a la Primera Presidencia y a los Doce el 2 de Agosto 1883. Salt Lake School of the Prophets Minute Book
2 Agosto 1883. Obviamente había preocupación de como las ceremonias
anteriores podían encajar con las nuevas ordenanzas y en la nueva teología. Las
actas tomadas por John Irvine de la reunión del 2 Agosto de 1883 recogen los
comentarios de George Q. Cannon:
"Bueno, me
pregunto y probablemente también todos vosotros, si el lavamiento de los pies
[realizada en la escuela de Kirtland] se suspendió a causa de la investidura.
Pero parece quedar claro que después de que Pedro, al menos, recibiera una
concesión poco común de poder durante la Transfiguración, el Salvador
posteriormente le lavara los pies a él y los pies del resto y les mandó que de
la misma forma que le habían visto a Él, ellos deberían hacerlo los unos a los
otros. Fue una de las últimas ordenanzas que realizó entre ellos. El hermano
Nuttall me ha susurrado una cosa con la que sin duda todos vosotros estáis
familiarizados; que el lavamiento que se realiza en la primera investidura, se
[os] lava para que pod[áis] llegar a ser limpios de la sangre de esta
generación --o sea, supongo que de la misma manera en que [sóis] ordenados para
que se[áis] Reyes y Sacerdotes --esa ordenanza no [os] hace más
limpios de la sangre de esta generación que de la que [os] hace Reyes y
Sacerdotes. Se requiere de otra ordenanza para hacer[os] Reyes y Sacerdotes. Si
recib[ís] otra investidura, la plenitud de aquel poder y las promesas se
consumarán con la concesión [investidura] del poder sobre [vosotros]". (Énfasis
en el original)
Tras varias discusiones,
se llegó a la conclusión que la Escuela de Kirtland original no se había usado
el “saludo” tal y como especifica la sección 88. Es más, se decidió que la
ceremonia de lavamiento de la Escuela de Kirtland no pretendía ser una
ordenanza preparatoria para el templo de Kirtland. El Apóstol Erastus Snow
recordó:
Yo
no lo entendí como que era una obra preparatoria… Yo más bien lo entendí como
una obra final, y las palabras usadas en la mayoría de los casos, según mis
recuerdos fueron: “Te lavo y te declaro limpio de la sangre de esta
generación”. School of Prophets minutes
27 septiembre 1883.
El Presidente Taylor,
por entonces, decidió que la ordenanza de lavamiento de pies podía ser
administrada para iniciar a los santos en la Escuela de Profetas.
La ceremonia que
Presidente Taylor decidió usar era similar a la usada en la investidura del
templo de Kirtland. Y también era similar a las de Nauvoo en las que se confería las bendiciones
mayores. El especificó que “el lavamiento de pies no es la misma ordenanza
asociada con esto para la administración de la Investidura en el templo de
Kirtland… Esto es una cosa distinta y es una introducción a la Escuela de los
Profetas. La otra era una investidura. School
of the Prophets Minutes 12 Octubre de 1883, En las mismas actas pero
fechado el 28 de Septiembre de 1883, Presidente Taylor dijo que ahora la
Iglesia estaba actuando en un “plano superior”
esto significaba por encima de la Escuela de los Profetas y de la
investidura de Kirtland. Con esta decisión, se puede dilucidar que solo los que
habían recibido su segunda unción o eran dignos de recibirla entrarían en la
Escuela ya que se les cumplirían las promesas que recibieron en los lavamientos
del templo de que llegarían a estar limpios de la sangre de esta generación.
En el diario de Anthony W. Ivins el 8 de abril de 1901 recoge
una cita de Presidente Joseph F. Smith:
“Ningún hombre recibe la plenitud
del Sacerdocio de Melquisedec hasta que
no haya recibido su segunda unción.
Los hombres que sean recomendados a esta ordenanza sagrada deben ser hombres de
Dios cuya fe e integridad sean indiscutibles.”
Por todo lo mencionado
y especialmente esta última cita dejan claramente establecido que la plenitud
del sacerdocio o segunda unción era una ordenanza para alcanzar la exaltación.
Debido a las pocas
citas de valor en cuanto a la realización de esta ordenanza, es difícil saber
exactamente como se administraba ya que los diarios y las citas, de los que la
recibieron, no dan muchos detalles en
cuanto a ello. Por ejemplo, cuando un hombre recibía la invitación para
recibir sus bendiciones mayores, siempre relata la parte de la ceremonia de la
unción y algunas veces la parte de la ceremonia que se hacía en la casa después
de la unción, nunca del lavamiento de pies. Esto puede ser debido:
1 Ya la habría recibido
en la Escuela de Profetas y entonces le era válida.
2 Que había recibido la
investidura de en Kirtland que también contenía la ordenanza del lavamiento de
pies y le era válida.
3 Que el lavamiento de
pies era una ordenanza aislada como preparación para las Bendiciones Mayores y
que se recibía incluso años antes que la segunda unción.
Pero ante la falta de
documentación que confirme alguno de los tres puntos, solo podemos teorizar
cuando y como se recibía.
Como mencioné
antes, este lavamiento no está claro cuando se recibía.
Una vez recibida la Segunda Unción queda aún una tercera
parte y que sin ella nada de lo hecho,
tiene valor en el mundo eterno. La
ordenanza debe ser sellada por el Santo Espíritu de la Promesa. En la iglesia
todas las ordenanzas son selladas por el Espíritu Santo o Santo Espíritu de la
Promesa pero en la ordenanza de la segunda unción el Santo Espíritu de la Promesa
es el propio Jesucristo quien la confirma y la acepta como válida. Es entonces
cuando el llamamiento y elección han sido hecho seguros o también se la conoce
como la palabra profética más segura
5
(17 de mayo de 1843.) La palabra aprofética
más segura significa que un hombre sepa, por revelación y el espíritu de
profecía, que está bsellado
para cvida
eterna, mediante el poder del Santo Sacerdocio.
José Smith dijo:
Vocación y Elección
En esto se
encierra algún secreto grande, y las llaves para descifrar el tema. Pues no
obstante que el apóstol los exhorta a que en su fe muestren la virtud, ciencia,
templanza, etc., también los amonesta a que hagan firme su vocación y elección.
Y aunque habían oído una voz audible de los cielos dar testimonio de que Jesús
era el Hijo de Dios, dice, sin embargo, que "tenemos también la palabra profética más permanente, a la cual
hacéis bien de estar atentos, como a una antorcha que alumbra en lugar
obscuro." ¿Y en qué manera podían tener una palabra profética más
permanente que oír la voz de Dios decir: Este es mi Hijo Amado?
Ahora
vamos al secreto y la llave principal. Aunque oyesen la voz de Dios y supiesen
que Jesús era el Hijo de Dios, esto no sería evidencia de que su elección y elección
había sido hecha firme, ni que tendrían parte con Cristo y serían coherederos
con El. Así pues, buscarían esa palabra
profética más permanente de que habían sido ligados en los cielos, y que tenían
la promesa de vida eterna en el reino de Dios. Y habiéndoles sido confirmada
esta promesa, era como un ancla para el alma, firme y segura. Aunque retumbaran
los truenos, y deslumbraran los relámpagos, y rugieran los terremotos, y los
rodearan las guerras, aún así, esta esperanza y conocimiento sostendrían sus
almas en toda ocasión de pruebas, angustias y tribulación. De manera que el
conocimiento, mediante nuestro Señor y Salvador Jesucristo, es la llave maestra
que abre las glorias y misterios del reino de los cielos.
Hágase una sola comparación de este principio y
la cristiandad de la actualidad ¿y dónde quedan, con toda su ostentación de
religión, piedad y santidad, mientras que al mismo tiempo claman contra los
profetas, apóstoles, ángeles, revelaciones, profecías, visiones, etc.? Pues no
están haciendo más que madurarse para la condenación del infierno. Se van a
condenar, porque rechazan el principio más glorioso del evangelio de
Jesucristo, y tratan con desprecio y huellan con sus pies la llave que abre los
cielos y nos da posesión de las glorias del mundo celestial. Sí, digo que tales
personas se condenarán con toda su santidad que profesan tener. Quisiera, pues, exhortaros a que
continuaseis invocando a Dios hasta que hagáis firme vuestra vocación y
elección, obteniendo la palabra profética más permanente, y esperando
pacientemente la promesa hasta que podáis obtenerla, etc. Enseñanzas págs. 362-363
Se
Debe Confirmar la Vocación y Elección
Contended
sinceramente, así como el apóstol Pedro, por la igualmente preciosa fe, y
"mostrad en vuestra fe virtud, y en la virtud ciencia; y en la ciencia
templanza, y en la templanza paciencia, y en la paciencia temor de Dios; y en
el temor de Dios, amor fraternal, y en el amor fraternal caridad. Porque si en
vosotros hay estas cosas, y abundan, no os dejarán estar ociosos, ni estériles
en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo." Otro punto hay que notar,
que después de tener estas cualidades,
el apóstol amonesta al pueblo a que procuren "tanto más de hacer firme
vuestra vocación y elección." Hace hincapié en este asunto: después de
mostrar en la fe, virtud, ciencia, etc., "procurad
tanto más de hacer firme vuestra vocación y elección". ¿Qué es el
secretó? ¿el punto de partida? "Todas las cosas que pertenecen a la vida y
a la piedad nos sean dadas de su divina potencia." ¿Cómo logró el apóstol
todas las cosas? Mediante el conocimiento de Aquel que lo había llamado. Sin
conocimiento nada podría haberse dado, tocante a la vida y la piedad. ¡ Ay, ay,
ay de la cristiandad, especialmente los teólogos y sacerdotes, si esto es cierto!
Salvación quiere
decir que un hombre se encuentre libre de todos sus enemigos; porque hasta que
un hombre pueda triunfar de la muerte, no está salvo. Solamente por el conocimiento del sacerdocio se puede lograr.
El
Castigo del Diablo
Los espíritus del
mundo eterno son como los espíritus que hay en este mundo. Cuando aquéllos
hayan venido a este mundo para recibir sus cuerpos; y entonces mueran, y se
levanten de nuevo, y reciban cuerpos glorificados, tendrán dominio sobre los
espíritus que no recibieron cuerpos o que no guardaron su primer estado, como
el diablo. El castigo del diablo fué que no habría de tener una habitación como
los hombres. La venganza del diablo consiste en venir a este mundo,
posesionarse de los cuerpos de los hombres y ocuparlos él mismo. Cuando vienen
los que tienen la autoridad, lo arrojan de una habitación robada.
El
propósito del gran Dios en mandarnos a este mundo y organizamos a fin de
prepararnos para los mundos eternos, guardaré dentro de mi pecho por lo pronto.
Nuestro
pacto eterno ningún derecho nos da a las cosas eternas, a menos que nuestros
hechos, contratos y todas las cosas tiendan a tal fin. Pero después de todo
esto, se hace necesario confirmar nuestra vocación y elección. Si este
mandamiento fué tan apremiante para aquellos a quienes se dió, cuanto más para
los de la generación actual.
La primera
llave: El poder de la salvación es el conocimiento. La segunda llave: Procurad
hacer firme vuestra vocación y elección. La tercera llave: Una cosa es estar
sobre el monte y oír esta voz enviada del cielo, etc., y otra oírla que os
declare: "Tenéis parte y porción en ese reino." —D.H.C.
5:301-403. (Mayo 21 de 1843.) Enseñanzas
págs. 372-373
Como podemos notar, el hacer firme nuestra vocación y elección es necesario
que desde los Alto se nos diga que somos exaltados. José Smith dijo que esa
función la hace el propio Jesucristo en Enseñanzas
págs. 176-179:
La Doctrina de la Elección
S. Pablo nos exhorta a que aseguremos o
hagamos firme nuestra vocación y elección. Este es el poder de sellar a que se
refiere Pablo en otros lugares.
"13.
En el cual esperasteis también vosotros en oyendo la palabra de verdad, el
evangelio de vuestra salud: en el cual también desde que creísteis, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de
la promesa,
"14. Que es
las arras de nuestra herencia, para la redención de la posesión adquirida para
alabanza de su gloria, a fin de que seamos sellados para el día de
redención."— Efesios, primer capítulo.
Debe enseñarse
este principio (en su debido lugar), porque Dios no ha revelado nada a José que
no hará saber a los Doce, y aun el menor de los santos podrá saber todas las
cosas tan pronto como pueda soportarlas, pues llegará el día en que ningún
hombre tendrá que decir a su prójimo: Conoce a Jehová; porque todos (los que
quedaren) lo conocerán desde el más pequeño de ellos hasta el más grande. ¿Cómo
se verificará? Se hará por medio de este
poder de sellar y el otro Consolador de que se habla, el cual será manifestado
por revelación.
Los
Dos Consoladores
Se habla de dos
Consoladores. Uno es el Espíritu Santo, el mismo que se dió el día de
Pentecostés y que todos los miembros reciben después de la fe, el
arrepentimiento y el bautismo. Este primer Consolador o Espíritu Santo no surte
más efecto que el de la inteligencia pura. Tiene mayor potencia para ensanchar
la mente, iluminar el entendimiento y henchir de conocimiento actual el
intelecto de un hombre que es de la posteridad literal de Abrahán, que de uno
que es gentil, aunque el efecto visible en el cuerpo no sea tan notable; porque
al descender el Espíritu Santo sobre uno que es de la descendencia literal de
Abrahán, viene con calma y serenidad, y toda su alma y cuerpo sienten tan
solamente el espíritu puro de la inteligencia; mientras que el efecto del
Espíritu Santo en un gentil es purgar la sangre vieja y convertirlo
efectivamente en descendiente de Abrahán. El hombre en quien no hay
(físicamente) la sangre de Abrahán, debe sufrir una creación nueva por medio
del Espíritu Santo. En tal caso, podrá haber un efecto más potente en el
cuerpo, y visible al ojo, que en un israelita, mientras que éste al principio
tal vez irá muy adelante del gentil en cuanto a inteligencia pura.
El
Segundo Consolador
El otro Consolador
de que se habla es un tema de mucho interés, y quizá muy pocos de los de esta
generación lo entienden. Después que una persona tiene fe en Cristo, se
arrepiente de sus pecados, se bautiza para la remisión de ellos y recibe el
Espíritu Santo (por la imposición de manos), que es el primer Consolador,
entonces si continúa humillándose ante Dios, teniendo hambre y sed de justicia
y viviendo de acuerdo con todas las palabras de Dios, el Señor le dirá dentro de poco: "Hijo, serás exaltado." Cuando
el Señor lo haya probado en todas las cosas, y haya visto que aquel hombre está
resuelto a servirlo, pase lo que pase, ese hombre verá que su vocación y
elección han sido confirmadas, y entonces será suyo el privilegio de recibir el
otro Consolador que el Señor ha prometido a los santos, según se halla escrito
en el testimonio de S. Juan, capítulo 14, desde el versículo 12 hasta el 27.
Nótense
los versículos 16, 17, 18, 21, 23.
"16. Y yo rogaré al Padre, y os dará
otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:
"17. Al Espíritu de verdad, al cual el
mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce: mas vosotros le
conocéis; porque está con vosotros, y será en vosotros.
"18.
No os dejaré huérfanos: vendré a vosotros.
"21. El que tiene mis mandamientos, y
los guarda, aquél es el que me ama; y el que me ama, será amado de mi Padre, y
yo le amaré, y me manifestaré a él.
"23. El que me ama, mi palabra
guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos con él morada."
¿Qué,
pues, es este otro Consolador? No es nada más ni menos que el Señor Jesucristo
mismo; y ésta es la substancia de todo el asunto: que cuando un hombre
recibiere este último Consolador, tendrá la persona de Jesucristo para
atenderlo o aparecerle de cuando en cuando, y aun le manifestará al Padre, y
harán morada con él, y le serán descubiertas las visiones de los cielos, y el
Señor lo instruirá cara a cara y podrá alcanzar un conocimiento perfecto de los
misterios del reino de Dios; y ésta es la dignidad y posición que alcanzaron
los antiguos santos cuando vieron tan gloriosas visiones: Isaías, Ezequiel,
Juan en la isla de Patmos, San Pablo en los tres cielos, y todos los santos que
han tenido comunión con la asamblea general y la Iglesia del Primogénito.
En D&C 132.26 se nos dice que:
26
De cierto, de cierto te digo, que si un hombre contrae matrimonio con una mujer
conforme a mi palabra, y son sellados
por el aSanto Espíritu de la promesa, de acuerdo con mi precepto, y él o ella comete
algún pecado o transgresión del nuevo y sempiterno convenio, cualquiera que
sea, y toda clase de blasfemias, y si bno
cometen homicidio en el que viertan sangre inocente, todavía saldrán en la primera resurrección y entrarán en su exaltación;
pero serán destruidos en la carne y centregados
a los bofetones de dSatanás
hasta el día de la redención, dice Dios el Señor.
Según ese versículo el matrimonio en el templo para que sea válido y
alcanzar la exaltación debe ser sellado por el Santo Espíritu de la promesa o
lo que es lo mismo, la pareja debe recibir su segunda unción y luego ser
confirmada por el propio Jesucristo.
3
Por tanto, ahora os envío a vosotros, mis amigos, otro aConsolador, el bSanto Espíritu de la promesa, para que permanezca en vuestros corazones; y este
otro Consolador es el mismo que prometí a mis discípulos, según se halla escrito en el testimonio de Juan.
5
y esta gloria es la de la iglesia del aPrimogénito,
sí, de Dios, el más santo de todos, mediante Jesucristo su Hijo, D&C
88
Y en D&C 76 leemos:
53
y son quienes vencen por la fe, son asellados por el bSanto Espíritu de la promesa, que el Padre y derrama sobre todos los que son
justos y fieles.
Claramente se puede notar que para la exaltación no solo hay que casarse en
el templo sino recibir la segunda unción y como última parte hacer firme la
vocación y elección. Artículos relativamente recientes que nos urgen a recibir nuestro llamamiento y elección en esta vida son: The Ensign, Julio de 1972, pág. 98 de una Sesión del Sacerdocio de la conferencia general de Abril titulada “The Covenant of the Priesthood” por Élder Marion G. Romney; The Ensign, Noviembre de 1974, pág 67 Conferencia General de Octubre por Pres. Ezra Taft Benson titulado “Do not Despair”; The Ensign de Julio de 1976 pág 50-53 de Roy W. Doxey titulado ““Accepted of The Lord--- The Doctrine of Making Your Calling and Election Sure””; The Ensign mayo de 1977 pás 43-45 Conferencia General de Abril. Presidente Marion G. Romney “The Light of Christ”; The Ensign Noviembre de 1977 pags 33-35 Conferencia General de Octubre. Sesión del Sacerdocio del Sábado 1 de Octubre por Elder Bruce R. McConkie “The Ten Blessings of the Priesthood”; El Ensign de mayo de 1978 pág 48 Conferencia General de Abril Sesión del Sacerdocio por el Pres. Spencer W. Kimball “Strengthening the Family—the Basic Unit of the Church”
Veamos algunos:
El
Profeta José Smith repetidamente solía alentar a los hermanos del sacerdocio a
hacer firmes su llamamiento y elección. Si queremos hacer eso, tendremos que
magnificar nuestro llamamiento en el sacerdocio. The Ensign, Julio de 1972, pág. 98 de una Sesión del Sacerdocio de la
conferencia general de Abril titulada “The Covenant of the Priesthood” por
Élder Marion G. Romney
Aunque el proceso de obtener la exaltación
continúa incluso en el mundo de los espíritus, el conocimiento de que uno
llegará a ser exaltado con los privilegios de continuaren la vida eterna puede
ser hecho cierto en esta vida. Esto es todo lo que se refiere a tener firmes el
llamamiento y elección. […] La promesa
de llegar a ser un miembro de la Iglesia del Primogénito es también hecha a los
Santos de los Últimos Días. (D&C76:50-60) En nuestra dispensación, muchos
Santos han hecho firme su llamamiento y elección. […] Puesto que el hacer firme
el llamamiento y elección es la bendición más grande recibida en esta vida, que
consejo mayor pueden recibir los Santos de los Últimos Días que el siguiente
del Profeta José Smith: “Quisiera, pues, exhortaros a que continuaseis
invocando a Dios hasta que hagáis firme vuestra vocación y elección, obteniendo
la palabra profética más permanente, y esperando pacientemente la promesa hasta
que podáis obtenerla, etc”. Enseñanzas
págs. 362-36. The Ensign de Julio de 1976 pág 50-53 de Roy W.
Doxey titulado “Accepted of The Lord--- The Doctrine of Making Your Calling and
Election Sure”
Bendición
nueve; Tenemos el poder para hacer firme nuestro llamamiento y elección, aún
mientras moramos en la mortalidad. Habiendo vencido al mundo y siendo leales y
fieles en todas las cosas, seremos sellados a vida eterna y tendremos la
promesa incondicional de vida eterna en la presencia de Aquel a quien
pertenecemos.
Nuestras revelaciones dicen: "La palabra
profética más segura significa que un hombre sepa, por revelación y el espíritu
de profecía, que está sellado para vida eterna, mediante el poder del Santo
Sacerdocio." (D&C 131:5.)
Particularmente, durante los últimos años de su
ministerio, el Profeta José Smith rogaba
fervientemente para que los Santos avanzaran en rectitud hasta que ellos
tuvieran firme el llamamiento y elección, hasta que oyeran una voz del cielo
proclamar: “Hijo serás exaltado”.
Bendición
diez: Tenemos el poder, y es nuestro privilegio, de vivir de la manera
que podamos ser puro en corazón, podremos ver la faz de Dios mientras aún
moramos como mortales en un mundo de pecado y aflicción.
Esta es la máxima bendición de la mortalidad. La
ofrece Dios quien no hace acepción de personas a todos los fieles en su reino.
1
De cierto, así dice el Señor: Acontecerá que toda
alma que adeseche
sus pecados y venga a mí, binvoque
mi nombre, cobedezca
mi voz y guarde mis mandamientos, dverá mi efaz y
sabrá que yo soy; (D&C 93:1)
Ahora, mis hermanos, este es el sacerdocio que
poseemos. Nos bendecirá como bendijo a Melquisedec y a Abraham. El sacerdocio
del Dios Altísimo está aquí. Las doctrinas que enseñamos son verdaderas, y por
su obediencia podemos disfrutar, aquí y ahora de las palabras de vida eterna y ser herederos
de gloria eterna en el más allá. The
Ensign Noviembre de 1977 pags 33-35 Conferencia General de Octubre. Sesión del
Sacerdocio del Sábado 1 de Octubre por Elder Bruce R. McConkie “The Ten
Blessings of the Priesthood”;
En estos discursos, la Iglesia admite que debe de haber una plenitud del
Sacerdocio, (a saber según lo dicho por los profetas, una ordenación a rey y
sacerdote), para alcanzar la exaltación. Por ejemplo; en el Ensign de Marzo de 1998 bajo el artículo “The Ancient Covenant
Restored” de Robert L. Millet dice lo siguiente:
“Parece que Abraham
buscó el mismo poder y autoridad de Melquisedec, el poder de administrar vidas
eternas, la plenitud del sacerdocio. Según Franklin D. Richards
que fue miembro del Quorum de los Doce Apóstoles, el profeta José Smith explicó
que el poder de Melquisedec no era solo “ni el poder de un profeta, ni apóstol,
ni patriarca sino el de un rey y sacerdote a Dios para abrir las ventanas de
los cielos y derramar la ley de vida eterna al hombre. Y ningún hombre puede
lograr ser coheredero con Cristo sin que sea administrado por uno que tenga el
mismo poder y autoridad que Melquisedec”
También Boyd K
Packer en la conferencia general de abril de 1998, da un discurso titulado “La
Sociedad de Socorro” dice así;
“Ningún hombre recibe la plenitud del sacerdocio
sin una mujer a su lado, pues ninguno, dijo el Profeta, puede obtener
la plenitud del sacerdocio fuera del templo del Señor 6 . Y ella está allí, a su lado, en ese sagrado lugar; ella tiene
participación en todo cuanto él reciba. El hombre y la mujer reciben
individualmente las ordenanzas comprendidas en la investidura, pero el hombre
no puede ascender a las ordenanzas más altas-las del sellamiento-sin la mujer a
su lado. Ningún hombre logra el estado exaltado de padre a menos que sea por
medio del don de su esposa.”
Y en la Conferencia General de Octubre de 2001 el discurso “No es bueno que el
hombre ni la mujer estén solos” de Sheri L. Dew dice lo siguiente;
“El poder
del sacerdocio sana, protege e inmuniza a todos los justos en contra de los
poderes de las tinieblas. Y, lo que es más importante aún, la plenitud del sacerdocio
comprendida en las ordenanzas más sublimes de la casa del Señor sólo las pueden
recibir juntos un hombre y una mujer”
Si como hemos visto la plenitud del
sacerdocio es la ordenación de la pareja a rey/reina y sacerdote/sacerdotisa,
eso significa que aún la Iglesia administra la ordenanza. Es más en el manual
del maestro de instituto del curso Doctrina del Evangelio en inglés en el
capítulo 19 que habla de la Vida Eterna, encontramos una advertencia que en el
mismo libro en español no aparece y que reza así:
“Advertencia:
Ejercite precaución mientras hable de la doctrina de obtener el llamamiento y
elección. Evite especular. Use solo las fuentes dadas aquí y en el manual del
alumno. En ninguna manera comente o conteste preguntas sobre la segunda unción.”
Tan tarde como el año 2011, que es la
fecha que aparece en este manual, la Iglesia reconoce que hay una segunda unción.
Si esto no fuera así, no tiene propósito que la iglesia, no solo hable aún de
plenitud del sacerdocio como un requisito para la exaltación, sino que también
mencione una segunda unción como se ha
comprobado por el manual de instituto.
Cuándo un hombre recibe el Sacerdocio, ¿a que lo prepara?
Buscad
a Jehová y su fortaleza;buscad siempre su rostro. Samos 105:4
aMoisés
claramente enseñó esto a los hijos de Israel en el desierto, y procuró
diligentemente bsantificar
a los de su pueblo, a fin de que cvieran
la faz de Dios; D&C 84:23
Por tanto, asantificaos
para que vuestras bmentes
se enfoquen únicamente en Dios, y vendrán los días en que lo cveréis,
porque os descubrirá su faz; y será en su propio tiempo y a su propia manera, y
de acuerdo con su propia voluntad. D&C 88:68
De
cierto, así dice el Señor: Acontecerá que toda alma que adeseche
sus pecados y venga a mí, binvoque
mi nombre, cobedezca
mi voz y guarde mis mandamientos, dverá
mi efaz
y sabrá que yo soy; D&C 93:1
De cierto, así dice
el Señor a los que os habéis reunido para recibir su voluntad concerniente a
vosotros:
2
He aquí, esto es agradable a vuestro Señor, y los ángeles se aregocijan
a causa de vosotros; las bofrendas
de vuestras oraciones han subido a los oídos del Señor de cSabaot y
están inscritas en el dlibro de
los nombres de los santificados, a saber, los del mundo celestial.
3
Por tanto, ahora os envío a vosotros, mis amigos, otro aConsolador,
el bSanto
Espíritu de la promesa, para que permanezca en vuestros corazones; y este
otro Consolador es el mismo que prometí a mis discípulos, según se halla
escrito en el testimonio de Juan.
4
Este Consolador es la promesa que os doy de avida
eterna, sí, la bgloria
del reino celestial; D&C 88:1-4
Hemos visto que nuestra existencia es para buscar y ver la faz de Dios en
sentido literal y no figurado y eso solo se puede alcanzar siendo dignos de
recibir el Sacerdocio de Melquisedec y siendo fieles a nuestro llamamiento:
19
Y este sacerdocio mayor administra el evangelio y posee la llave de los amisterios
del reino, sí, la llave del bconocimiento
de Dios.
21
Y sin sus ordenanzas y la aautoridad
del sacerdocio, el poder de la divinidad no se manifiesta a los hombres en la
carne;
23
aMoisés
claramente enseñó esto a los hijos de Israel en el desierto, y procuró
diligentemente bsantificar
a los de su pueblo, a fin de que cvieran la
faz de Dios; D&C 84
Los versículos 20-21 dejan muy claro que para ver a Dios tenemos que recibir
Sus ordenanzas y la única que nos prepara para santificarnos y soportar la
gloria de Dios es la Segunda Unción cuyo última parte es recibir el Segundo
Consolador o la ministración de Cristo en persona presentándonos a Su Padre.El Propósito de Dios es hacer un pueblo de Reyes y Sacerdotes para Dios el Padre (Éxodo 19:5-6; 1ª de Pedro 2:9; Apocalipsis 1:6) y el no darle importancia a esta ordenanza (que nos hace Reyes y Sacerdotes) o no entenderla en su contexto hace que entonces muchas Escrituras pierdan su sentido, poder (D&C 76, 84, 88, 132) y teológicamente no tendría significado muchas de las doctrinas de las que se hablan en esos versículos. Por lo que el fin de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es dar a sus miembros plenitud del Sacerdocio para que sean miembros de la Iglesia del Primogénito y prepararlos así para que puedan ver la faz de Dios. Este es el propósito de recibir el Sacerdocio de Melquisedec.
Por este motivo, como las bendiciones del Sacerdocio de Melquisedec son inimaginables para el hombre, Dios ha pactado con los santos que para recibirlo se tiene que hacer mediante un convenio y juramento. (D&C 88:33-43) Si se pregunta a un santo de los últimos días, en qué consiste ese convenio y juramento, te refieren a los versículos anteriores pero en esos versículos solo explica la parte de Dios del convenio pero no la del recipiente del sacerdocio. Lo único que deja claro es que hay que ser fiel para recibir estos dos sacerdocios, a saber Aarónico y Melquisedec, y magnificar su llamamiento. ¿Qué significa que los poseedores del Sacerdocio Mayor tienen que magnificar su llamamiento? Léase D&C 72:3 y 104:11-13 que dice:
3 Y de cierto, en esto habéis obrado sabiamente,
porque el Señor requiere de la mano de todo amayordomo,
que dé bcuenta de
su cmayordomía,
tanto en el tiempo como en la eternidad.
11 Me es
prudente; por tanto, os mando que os organicéis y le señaléis a cada cual su amayordomía;
bendiciones
terrenales que he dispuesto y preparado para mis criaturas.
Por lo mostrado, el Señor deja claro que Él nos pedirá cuentas de nuestra
mayordomía.En D&C 88:74-75 dice:
74
Y os doy a vosotros, que sois los primeros aobreros
en este último reino, el mandamiento de que os reunáis, y de que os organicéis,
os preparéis y bsantifiquéis;
sí, purificad vuestro corazón y climpiad
vuestras manos y vuestros pies ante mí, para que yo os haga dlimpios;
75
a fin de que yo testifique a vuestro aPadre, y
vuestro Dios y mi Dios, que sois limpios de la sangre de esta perversa
generación; para que yo cumpla esta promesa, esta grande y última promesa que
os he hecho, cuando sea mi voluntad.
Aprendemos aquí que debemos que tenemos que prepararnos, santificarnos y
estar limpios para que Cristo testifique que estamos limpios de la sangre de
esta generación. En D&C 88:84-85 dice lo siguiente:
84
Permaneced, pues, y trabajad diligentemente, para que seáis perfeccionados en
vuestro ministerio de ir entre los agentiles
por última vez, cuantos la boca del Señor llame, para batar la
ley y sellar el testimonio, y preparar a los santos para la hora del juicio que
ha de venir;
85
a fin de que sus almas escapen de la ira de Dios, la aabominación
desoladora que espera a los malvados, tanto en este mundo como en el venidero.
De cierto os digo, continúen en la viña aquellos que no son los primeros
élderes, hasta que la boca del Señor los bllame,
porque su tiempo no ha llegado aún; sus vestidos no están climpios
de la sangre de esta generación.
Se nos amonesta a trabajar y a perfeccionarnos en nuestro ministerio para
que se los limpien de la sangre de esta generación. En D&C 112:33 dice lo
siguiente:
33
De cierto os digo, he aquí, cuán grande es vuestro llamamiento. aPurificad
vuestro corazón y vuestros vestidos, no sea que la sangre de esta generación
sea brequerida
de vuestras manos.
¿Cómo podemos ser responsables de la sangre de esta generación? La respuesta
se encuentra en Ezequiel 3:17-21 y Jacob 1:19; 2:2
19
Y magnificamos nuestro aoficio ante el
Señor, tomando sobre nosotros la bresponsabilidad,
trayendo sobre nuestra propia cabeza los pecados del pueblo si no le
enseñábamos la palabra de Dios con toda diligencia; para que, trabajando con
todas nuestras fuerzas, su sangre no manchara nuestros vestidos; de otro modo,
su csangre
caería sobre nuestros vestidos, y no seríamos hallados sin mancha en el postrer
día.
*****************
2 Pues bien, mis amados hermanos, yo, Jacob, según la
responsabilidad bajo la cual me hallo ante Dios, de magnificar mi oficio con
seriedad, y para limpiar mis vestidos de vuestros pecados, he subido hoy hasta
el templo para declararos la palabra de Dios.
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17 Hijo
de hombre, yo te he puesto por aatalaya a la casa
de Israel; oirás, pues, tú la palabra de mi boca y los amonestarás de mi parte.
18 Cuando yo diga
al malvado: De cierto amorirás, y tú no
lo amonestas ni le hablas, para que el malvado sea advertido de su mal camino a
fin de que viva, el malvado morirá en su iniquidad, mas su sangre bdemandaré de tu
mano.
19 Pero
si tú amonestas al malvado, y él no se convierte de su maldad ni de su mal
camino, él morirá en su iniquidad, pero tú habrás librado tu alma.
20 Y
si ael
justo se aparta de su justicia y comete iniquidad, y yo pongo btropiezo delante
de él, él morirá, porque tú no lo amonestaste, en su pecado morirá, y sus
justicias que había hecho no serán recordadas; mas su sangre demandaré de tu
mano.
21 Pero si
amonestas al justo para que no peque, y no peca, ciertamente vivirá, porque fue
amonestado; y tú habrás librado tu alma.
¿Cuál es la parte del convenio que sacerdocio de Melquisedec que nos
comprometemos cuando lo recibimos? La respuesta es clara, trabajar con toda
diligencia por nuestros semejantes para llevarlos a Cristo. Pero si por nuestra
negligencia, nuestros hermanos no hacen lo que deben, el Señor nos demandará de
nuestras manos su sangre y sus pecados. Si en cambio somos diligentes, llegará
el momento en que Cristo testifique al padre que somos limpios de la sangre y
pecados de esta generación. ¿Cómo? A través de ordenanzas mayores. ¿Cuáles? La
primera que es el lavamiento de pies cuyo fin es ni más ni menos declarar al
los varones limpios de la sangre y pecados de esta generación. El propósito de Moisés y de todos los profetas siguientes era que el pueblo se santificara para así poder ser dignos y disfrutar de la presencia de Dios como una nación de Reyes y Sacerdotes. Para prepararnos para ese evento 1º debemos ser dignos de recibir el sacerdocio Mayor, 2º ser declarados limpios de la sangre y pecados de esta generación a través de la ordenanza de lavamiento de pies, 3º recibir la plenitud del sacerdocio y ser ungidos reyes y sacerdotes y 4º que el Santo Espíritu de la Promesa comunique a la persona que ya es exaltada.
Como hemos podido notar, todo está relacionado y es un camino que empieza cuando el joven santo de los últimos días recibe el Sacerdocio Menor como preparación para el Sacerdocio Mayor. Todo esto es una preparación encadenada para preparar a los hijos de Dios a ver a su Padre Celestial pasando por varias ordenanzas que santifican al recipiente para recibir Mayores Ordenanzas como preparación para recibir su llamamiento y elección hecho firme.
Gracias por compartir
ResponderEliminarExcelente mensaje gracias por tu atención, la verdad es Clara y sencilla como el amor de Dios.
EliminarExcelentes referencias muy completo el artículo...
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